Quizás sus vecinos centroamericanos sean más famosos, pero el café guanaco no es segundo de nadie en materia de calidad e historia, aunque varias décadas de plagas naturales y sociales hayan sumido al sector en la ruina, al punto que se temió su eventual extinción. Actualmente, la producción cafetalera en El Salvador comienza a recuperarse, un empeño al cual el Gobierno le ha dado todo el impulso.