El primer poema escrito en Cuba se titula Espejo de paciencia y fue compuesto por Silvestre de Balboa Troya Quesada en 1608.
En la obra, su autor escribe «la prisión que el capitán Gilberto Girón hizo de la persona del ilustrísimo señor don fray Juan de las Cabezas Altamirano, obispo de la Isla de Cuba, en el puerto de Manzanillo en 1604».